Le preguntaron al venerable Zhao-Zhou (Joshu) de qué manera practicaba y les respondió lo siguiente:
“Durante treinta años mi mente ha permanecido sin distracciones excepto, tal vez, cuando como o cuando me visto. La mayoría de las personas moran en su saber; yo sólo permanezco en el no saber”.
La idea de permanecer sin distracciones realmente me intriga. Algunas distracciones son obvias, nos volvemos inquietos y charlatanes en situaciones sociales. Es menos obvio cuando estamos distraídos o tenemos ansiedad interior. Pero, tal como lo indica el maestro, la clase de distracción más sutil es la que se produce cuando moramos en nuestro saber. En otras palabras, cuando nos identificamos con nuestros pensamientos. Hemos llegado a confiar tanto en que nuestros pensamientos nos dirán cómo es la realidad que ya no vemos las cosas tal como son.
¿De qué manera podemos abordar este estado de no distracción? Creo que, en primer lugar, debemos intentar calmar la mente inquieta en sí misma, de manera que dejemos de estar completamente absorbidos por nuestros pensamientos, sentimientos o sensaciones. Entonces, tendremos la posibilidad de mantener cierto grado de conciencia sobre nuestro estado interior, independientemente de la mente pensante. Ya que incluso el maestro iluminado dijo que comer y vestirse pueden constituir situaciones difíciles durante nuestra práctica, deberíamos ser verdaderamente honestos sobre dónde nos encontramos y concentrarnos en lo básico.
Como experimento, cuando termines de leer esto y estés listo para avanzar hacia la próxima página, intenta no estar distraído… Tal vez sea muy difícil navegar por la web si lo comparamos con comer en esta etapa de nuestra práctica, pero ¡no tiene nada de malo intentarlo!