El guardián del monasterio había estado largo tiempo ante la presencia del Maestro Yuan Yi, sin embargo nunca solicitó enseñanzas personales sobre el dharma.
Un día, el Maestro Yuan Yi le preguntó al guardián, -“¿Por qué no viene para una entrevista?”
-“Abad, ¿no lo sabe? Ya encontré el punto de entrada al Camino cuando estudié en el Bosque Verde.”
-“Bien, entonces enséñame.”
-“Alguien pregunto, “¿Qué es el Buda?” El Maestro Bosque Verde dijo, “Fuego buscando al fuego.””
-“Las palabras pueden ser engañosas, ¿puedes ser más explícito?”, preguntó el Maestro Yuan Yi.
-“Bien, fuego buscando al fuego es como si alguien que ya es Buda sigue buscando al Buda”, respondió el guardián.
-“¡Lo entendiste mal!”, dijo el Maestro Yuan Yi.
-El guardián no estaba convencido y dejó el monasterio enojado.
– El Maestro Yuan Yi dijo a la asamblea, “Si vuelve, aún puede salvarse. De lo contrario, está condenado.”
A mitad del río, el guardián se dijo a sí mismo, “El Maestro Yuan Yi es el guía de la sabiduría de quinientos practicantes. No tiene razón alguna para engañarme…” Así que volvió al monasterio para buscar enseñanza.
El Maestro Yuan Yi dijo, “Esta vez, ¿porqué no me hace la pregunta y yo le responderé?”
-“¿Qué es el Buda?”, preguntó el guardián.
– “¡Fuego buscando al fuego!”
-En este instante, el guardián alcanzó la iluminación.
