Un día un maestro Zen le preguntó a un monje menor:
̶ ¿Puedes asir lo intangible?
̶ Sí ̶ le respondió el monje.
̶ ¿De qué manera?
El monje joven agitó las manos en el aire con gestos de asir algo.
El Maestro le dijo:
̶ No sabes cómo hacerlo.
̶ Bueno, entonces dime cómo lo haces tú ̶ le preguntó el monje.
El maestro Zen tomó la nariz del monje y la retorció fuertemente.
̶ ¡Suéltame, esto duele! ̶ gritó el monje con dolor.
̶ Así es como puedes asir lo intangible ̶ le dijo el Maestro.