No interpretes una situación en términos de pérdidas y ganancias. En lugar de eso, sé consciente de que esa situación sólo refleja lo que tú has creado. Nunca nada se regala, nunca nada se quita.

Los problemas no existen antes de que pienses, aparecen después. Si verdaderamente puedes honrar este instante tal como es, verás que todo está bien. En el momento en que dejes un pequeño resquicio a los pensamientos, los problemas volverán.

Dices: si no pienso en un problema, ¿de qué manera voy a resolverlo? Las soluciones no provienen del pensamiento, en realidad aparecen cuando respondes naturalmente a la situación tal como ella se presenta.

¿Entonces, sirve pensar? Sí, es muy útil y beneficioso sólo si puedes hacer aparecer y desaparecer el pensamiento, según la ocasión. La comida puede nutrirte sólo si puedes dejar de comer – de otro modo te llenarías hasta morir.

En el libro próximo a publicarse del Maestro Miao Tsan, El origen es puro, él escribió:

Cada vez que te sientas atascado debido al ambiente externo, en realidad, estás atrapado en tus propios pensamientos internos.

¿Reconoces esta verdad en tu propia vida? ¿Puedes identificar el pensamiento interno y dejarlo ir? ¡Es tiempo de practicar!

Cierto día un practicante laico fue a visitar a un maestro Zen y le preguntó:

-¿Existen el cielo y el infierno?
-Sí
-¿Y el Buda, la enseñanza, la comunidad monástica, existen?
-Sí

Siguió preguntando cosas similares, y el maestro siempre le respondía “sí”. Desconcertado, el practicante laico dijo:

– Maestro, creo que usted está equivocado
– ¿Conociste algún maestro iluminado?
– Sí, conocí al maestro Jingshan
– ¿Qué te dijo?
– Me dijo que nada existe

Entonces el maestro Zen le preguntó:

-¿Tienes esposa?
– Sí, tengo esposa
– ¿El maestro Jingshan tiene esposa?
-No, no la tiene.
– Bueno, entonces es adecuado que él diga que nada existe.