Otros lo dijeron, yo también.
Señalando aquí y allí, mientras la Luna brilla siempre.
Como la raída vestimenta de Huang-Mei,
Superflua, siempre, como pintarle los pies a la serpiente.
El dolor debe tener un culpable, la deuda, un acreedor,
No es necesario proferir insultos,
Las verdes colinas ya tienen demasiados cadáveres,
Cultivando el resentimiento frente a la Luz, llegó el Polvo